martes, 25 de septiembre de 2007

Requiem por un Sueño (Americano)

Requiem for a Dream, Darren Aronofsky, 2000


De entre las miles de películas que versan sobre el sueño americano, tanto como para reforzarlo como main motif de una cultura o para criticarlo y desmitificarlo, esta película resulta una sorpresa por la manera en la que se aproxima al tema. Prescindiendo de los tópicos de las películas de sobremesa que contribuyen a la mitificación del ideal del American Dream, o de la satírica e irónica mirada de las que lo desmitifican (véase American Beauty -Sam Mendes, 1999- por citar alguna), Requiem por un Sueño tiene la crudeza de la visión realista (o quizás algo exagerada?) de cómo dicho sueño puede truncarse por una adicción. Y aunque a primera vista no lo parezca, el hilo conductor de las historias que se entremezclan en Réquiem por un sueño es precisamente el intento de lograr ese sueño que tan arraigado esta a la cultura norteamericana de convertirse en un ser de éxito, con dinero, feliz y hecho a sí mismo. Todos los personajes de la película van en busca de ello: Harry (Jared Leto) busca una vida feliz y alejada de preocupaciones junto a su novia Marion (Jennifer Connelly) ayudándola a realizar su sueño de montar una tienda con ropa que ella misma ha diseñado, Tyron C Love (Marlon Wayans) quiere hacerse rico e influyente, saliendo de la pobreza y de las calles convertido en alguien hecho a si mismo, como un día prometió a su madre. Sara (Ellen Burstyn) quiere adelgazar para estar guapa el día que salga por televisión … sin embargo, estos sueños se ven empañados por la adicción (el verdadero hilo conductor de la película) que, tras darles una inicial satisfacción, los hunde en la miseria y en la imposibilidad de recuperación.

Sara es una mujer mas bien mayor, viuda y solitaria que encuentra en la televisión su único refugio, lo que la lleva a alienarse hasta tal punto en que salir en ella se convierte en el único motivo para levantarse por la mañana.. El deseo de salir tan perfecta no es mas que el deseo de aparentar y de demostrar al mundo, (y así poder convencerse a si misma de paso) de que su vida no es tan triste, de que no esta sola y de que merece la pena seguir viviendo. Esta obsesión acaba por hacerla adicta a las pastillas para adelgazar que toma, destruyendo por completo su sentido de la realidad.

Lo mismo le ocurre a Harry y a Marion, cuya adicción les hace separarse cada vez más. Harry quiere conseguir dinero a toda costa para así hacer felices a su madre (le compra un televisor mas grande y mejor) y a su chica, de manera que ella pueda tener su tienda. Sin embargo, las cosas empiezan a torcerse en su “negocio”, y la falta de drogas sumada a la incapacidad de hacer feliz a Marion acaba transformando a Harry en un ser mucho mas despreocupado e irritable. Ella, por su parte, echa en cara a Harry sus fracasos y lo culpa del insufrible síndrome de abstinencia que le invade y que le lleva incluso a vender su cuerpo en varias ocasiones para subvencionarse una dosis.

En el caso de Tyron, no es solo su adicción a las drogas, lo que le impulsa a meterse en un mundo de peligrosos trapicheos para hacerse rico. Una promesa que le hizo a su madre de pequeño de que cambiaria las cosas, de que se convertiría en alguien importante le obsesiona hasta tal punto de poner su vida en juego por conseguir dinero e influencia.

La película, y por tanto la historia de sus personajes, está hábilmente dividida en tres fases: Verano, Otoño e Invierno. La película comienza en verano e influenciados por el positivismo de esta estación, se nos muestra a los personajes esperanzados ante un futuro mejor. Con la llegada del otoño, comienza el declive (curiosamente en inglés la palabra Fall significa Otoño y caida, descenso. El otoño significa para todos el inicio de su “descenso al infierno” que culminará en el invierno; una estacion con connotaciones de frio, soledad y vacío, lo que podría atribuirse también al estado en el que quedan cada uno de ellos. Es interesante, a colación de esto, la escena final en la que todos, acostados en diferentes camas, se recogen sobre si mismos en posición fetal como signo de la soledad que ahora mismo acusan y de la necesidad de la proteccion de que en ese momento carecen. La adicción a las drogas de cada uno viene por una carencia interior que les ha llevado a obsesionarse con algo (la televisión, hacerse rico, tener éxito, satisfacer a la persona amada…) Estas obsesiones se convierten en una adicción más que les hunde hasta hacerles tocar fondo, aparentemente sin remedio, hasta justo lo contrario de lo que soñaban al principio: Sara buscaba belleza, pero acaba desquiciada, sufriendo alucinaciones y físicamente demacrada. Harry deseaba una vida feliz ocupándose de su madre y su novia, pero acaba por abandonarse a sí mismo y con ello a las personas que ama. Tyron soñaba con ser alguien importante y salir de la pobreza que siempre ha sufrido pero acaba siendo maltratado en la cárcel y siendo tratado como el último mono por el hecho de ser negro. Marion no solo no consigue esa libertad que anhelaba con su propio negocio, sino que acaba siendo presa de si misma y de sus adicciones habiéndose vendido y rebajado hasta lo mas bajo por conseguirlo.

Podemos entonces hacer varias lecturas de la película: quizá el Sueño Americano no existe, no es más que eso, un sueño, algo que permite al ser humano, como le ocurre a Sara, seguir viviendo y darle un motivo para levantarse por las mañanas. O quizá, la peor adicción es la obsesión por un sueño.

2 comentarios:

39escalones dijo...

Fantástico post sobre una película imprescindible. A mí particularmente "American Beauty" se me quedó muy corta, y como crítica del sueño usamericano, ésta de hoy me parece mucho más ácida y aguda.
Un abrazo

angel dijo...

Si a ti te cuesta escribir en el blog, a mi me ha costado encontrar la película, pero al final ha merecido la pena.
Me quedo con tu última reflexión, no se si escéptica o realista, “la peor adicción es la obsesión por un sueño”.
El film, si que me parece un poco llevado al extremo, sin exagerar las situaciones pero a cambio, eligiendo las más extremas, como pudo ocurrir en su tiempo con el neorrealismo italiano, que termino victima de su propio dramatismo, evolucionando hacia una crítica social menos violenta.
Y no quiero decir que no este de acuerdo en reflejar las verdades crudamente, pero quizás esta forma de denuncia lleve al espectador a la cómoda reflexión de “este no es mi caso”, sin pararse a pensar en el lado simbólico y universal de la historia.
He de confesar, que la estética utilizada, basada en el lenguaje de los spots publicitarios o del videoclip musical, (en las antípodas, por ejemplo, del clásico maestro Howard Hawks), en principio me hizo recelar del resultado, pero conforme transcurre el film, se revela como un lenguaje perfectamente adaptado, tanto a la temática como a le época que refleja.
En definitiva, gracias por sugerir atractivas películas, y a ver si nos animamos y continuamos escribiendo.